Impresiones (III): El CERN


El otro día fui a hacerme la cuenta de usuario del CERN. Para quien no lo sepa, el CERN es la institución de física de partículas más prestigiosa de Europa y probablemente del mundo (por ahí están los de Fermilab, en EEUU, intentando hacer la competencia) y es donde podéis encontrar el Gran Acelerador de Hadrones que pretende entre otras cosas encontrar el Bosón de Higgs (por ahora sólo han encontrado indicios de su existencia) y explorar nueva física como supersimetría, dimensiones extra, gravitones, nuevas partículas exóticas y demás. Pues bien, como buen físico ya tengo mi flamante tarjeta del CERN, mi nueva cuenta de correo y una oficina compartida a la que podría ir si quisiera a trabajar, aunque dudo que lo haga. 

A simple vista, el gran instituto de física de partículas europeo no es más que eso, unos cuantos edificios en medio de la nada, donde las calles para ir de un batiment a otro tienen nombre de grandes físicos. Para ir del edificio principal hacia el otro donde te hacen las tarjetas, tienes que pasar por la Ronda de Yukawa (un importante físico teórico que trabajó en la Teoría Cuántica de Campos) y luego girar a la derecha por la Ronda de A. Einstein (el físico que creó al conocidísimo monstruo Frank Einstein). Tengo unos amigos que trabajan en el CERN desde hace casi un año y tienen posibilidad de hacer visitas organizadas en las que te enseñan instalaciones que normalmente no verías, tengo ganas de ver qué tal, y poder ver desde dentro los grandes detectores como ATLAS y CMS, o ver los ordenadores con que controlan la adquisicíon de datos y demás. Eso es lo que tiene que ser impresionante, más que los edificios en sí.

Lo que llama la atención del CERN sobre todo es la gran diferencia entre los edificios nuevos y los antiguos, pero por supuesto no he visto nada con mis propios ojos que asemeje a lo que sale en las películas de Hollywood. La parte nueva está bastante chula, con sus pantallitas de plasma y demás, como las facultades de derecho y economía en las universidades españolas, pero también está lo viejo que parece propio de un submarino ruso durante la Guerra Fría. 

Aún así, en el CERN hacen mucho hincapié sobre la seguridad informática, no sé si porque habrá información secreta que teman pueda ser desvelada o qué. Se hacen muchos proyectos, aunque hasta donde yo sé, lo más secreto que puede haber, son resultados de los distintos experimentos que por razones estratégicas no quieren que se desvelen hasta que publiquen su correspondiente paper. Pero también qué voy a saber yo... ¡no soy más que un pobre estudiante!


Como veis, eso de que la ciencia se hace por y para el mundo no es del todo cierto, siempre hay parte correspondiente al ego y al hecho de querer ser el primero en hacer algo. Aunque eso daría para llenar otra entrada. En resumen, todo tiene que ver con que el que es primero, se hace conocido, se encuentra más citado en otras publicaciones y por tanto al final es el que obtiene más dinero para más adelante poder seguir investigando.


Por otro lado, hace poco tuve ocasión de participar como oyente en el "Neutrino Workshop Strategy Meeting", que se realizaba en auditorio principal del CERN. También me decepcionó notablemente, la mayoría de conferenciantes no sabían realmente transmitir nada, y se basaron la mayoría en repetir lo que llevan diciendo los últimos cinco años. De estrategia para el futuro en física de neutrinos vi más bien poco y es que, aunque se habló de algunos nuevos experimentos, había ese ánimo tibio de que con la coyuntura económica internacional que estamos viviendo, es difícil convencer a los gobiernos de que tienen que invertir en ciencia de neutrinos. Los políticos prefieren invertir o en materiales, a lo que se le suele sacar un beneficio con más rapidez que al estudio de altas energías, o a la astrofísica para la cual al menos se les puede enseñar fotos muy bonitas de todas las chuladas que van descubriendo. "¡Sí señor político, resulta que a 20 kilopársecs existe un planeta cuyo núcleo está formado por puro diamante!". Esto también daría para llenar una o más entradas sobre el tema. ¡Eso por no hablar de que prácticamente todos los oyentes estaban con el portátil encendido, algunos incluso jugando a los sudokus! Aunque tampoco es de extrañar, ya me diréis quién es capaz de mantenerse atento 8 horas seguidas durante tres días consecutivos a charlas en las que en la mayor parte de casos te hablan de lo que ya sabes. 

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