Ejercicio de imaginacíon
Hagamos un ejercicio de imaginación. Supongamos por un momento que los anónimos mercados no son tan desinteresados y poco previsores como creemos. ¿Es acaso posible que no piensen en un relativo medio-largo plazo para ganar dinero? Supongamos que cuando dicen que rebajan la competitividad económica de un país, en realidad no lo hacen porque crean que lo merecen. Especulemos con que en realidad haya una razón.
Supongamos que lo que ocurre realmente es que los mercados se ven incapaces de competir contra el modelo productivo chino, y deciden que lo que realmente hay que hacer a largo plazo es conseguir las grandes empresas tengan un mayor control de su maquinaria, incluída la humana.
Supongamos que para evitar que el pueblo se subleve, los gobiernos encienden toda la maquinaria mediática para evitarlo. Hablan con un tipo australiano para que filtre un montón de información sin profunda importancia para que la gente se preocupe y se indigne de lo que en ese momento realmente no importa. Imaginemos que además mientras tanto los gobiernos deciden endurecer las leyes para evitar las descargas de material con copyright para acallar las quejas que los internautas podrían iniciar a través de internet, donde se encuentran hoy en día los focos de pensamiento y protesta. Supongamos que todo es una gran estrategia para llevarnos al jaque mate.
Imaginémonos que mientras nos recortan nuestros derechos, los intelectuales de barra de bar se quejan a la vez de que cada vez más gente admire a la Belén Esteban y de nuestros recortes de derechos, poniéndolos al mismo nivel. Supongamos que la sociedad cada vez escucha menos a los políticos por una especie de inteligencia inconsciente que le dice lo que realmente hay que hacer para ser felices. Imaginemos que todas estas suposiciones, aun sin ser ciertas, no parezcan tan descabelladas. Supongamos que el pueblo llano creyera que existe una pequeña probabilidad de que todo esto pudiera ser cierto. Sin necesidad de suponer ni imaginar os diré: la simple idea de que tantas especulaciones puedan ser ciertas, me resulta terrible.
Supongamos que lo que ocurre realmente es que los mercados se ven incapaces de competir contra el modelo productivo chino, y deciden que lo que realmente hay que hacer a largo plazo es conseguir las grandes empresas tengan un mayor control de su maquinaria, incluída la humana.
Supongamos que para evitar que el pueblo se subleve, los gobiernos encienden toda la maquinaria mediática para evitarlo. Hablan con un tipo australiano para que filtre un montón de información sin profunda importancia para que la gente se preocupe y se indigne de lo que en ese momento realmente no importa. Imaginemos que además mientras tanto los gobiernos deciden endurecer las leyes para evitar las descargas de material con copyright para acallar las quejas que los internautas podrían iniciar a través de internet, donde se encuentran hoy en día los focos de pensamiento y protesta. Supongamos que todo es una gran estrategia para llevarnos al jaque mate.
Imaginémonos que mientras nos recortan nuestros derechos, los intelectuales de barra de bar se quejan a la vez de que cada vez más gente admire a la Belén Esteban y de nuestros recortes de derechos, poniéndolos al mismo nivel. Supongamos que la sociedad cada vez escucha menos a los políticos por una especie de inteligencia inconsciente que le dice lo que realmente hay que hacer para ser felices. Imaginemos que todas estas suposiciones, aun sin ser ciertas, no parezcan tan descabelladas. Supongamos que el pueblo llano creyera que existe una pequeña probabilidad de que todo esto pudiera ser cierto. Sin necesidad de suponer ni imaginar os diré: la simple idea de que tantas especulaciones puedan ser ciertas, me resulta terrible.
Comentarios
¿Verdad que el Asenge sólo dice cosas que de sobra ya sabiamos?
¿Verdad que mientras nos metemos con la ley Sinde nos retrasan la edad de jubilación y los internautas no dicen nada y los sindicatos sólo protestan en voz baja? ¿Verdad que nos jubilaremos todos hipertensos y con demencia senil?
¿Verdad que no tendriamos que dedicar ni un segundo de nuestra existencia para hablar de Belen Esteban? ¿ni siquiera para hablar mal de ella?
¡¡VERDAD!!