Optimismo Racional

Hace ya un tiempo que leí sobre ello. El optimismo racional o crítico nace como la idea de que el ser humano puede escoger razonadamente el optimismo como una opción de pensamiento sin ser considerados como ingenuos. Este optimismo nace como respuesta al pesimismo que en el mundo intelectual impera, ha imperado y, supongo, imperará. 

Parece que para ser considerados como gente a tener en cuenta tenemos que verlo todo desde la peor lente. Nuestra realidad no es, entonces, más que un conjunto de puntos de partida de destrucción de nosotros como humanidad. Incluso la misma Biblia es pesimista cuando habla del juicio final. En un libro muy interesante, "Optimista Racional" de Matt Ridley, se habla del tema. Su punto de partida no era más que la asunción de que, aunque siempre la humanidad ha sido pesimista en su progreso hacia el futuro, llevamos siglos yendo para mejor. 

Las distintas crisis, tanto económicas, como científicas, como de recursos han podido ser solucionadas en mayor o menor medida. Hemos conseguido evolucionar siempre hacia adelante y mejorar. El optimismo crítico no es un punto de vista ingenuo, es empirismo puro y duro.

¿Por qué si siempre hemos ido hacia adelante, cuando miramos hacia el futuro lo vemos siempre tan negro? En mi opinión, la aproximación pesimista de la realidad responde a una imposición biológico-evolutiva. Si somos pesimistas, es porque ello nos obligará a tratar los problemas con la vista en un posible debacle futuro. Pero nosotros, el ser humano como animal pensante que ha sabido superar todo imperativo biológico hasta el punto de que haya quien escoja la castidad (no digo que sea mala, pero evolutivamente sí lo sería), deberíamos ser capaces de superar la fase del pesimismo imperante y adoptar en un abrazo crítico al optimismo inteligente.

Las cosas irán mejor. Los jóvenes de hoy en día no estamos tan mal, a pesar de los canis. Antes de los canis estaban los quinquis, antes los truhanes, antes los pícaros... Antes de tener una juventud desinteresada en realidad y enganchada al móvil, teníamos a jóvenes pasotas que sólo querían ir al bar a jugar a las damas. Antes de tener la crisis de la burbuja inmobiliaria tuvimos la crisis del petróleo, la previsión de una gravecrisis de producción de alimentos de principios de finales del siglo XIX, el crack del 29, las guerras mundiales, el colonialismo, las revoluciones industriales, la esclavitud, las jornadas de 16 horas, revoluciones obreras malogradas... hemos tenido situaciones peores que las de ahora, y las hemos sobrevivido todas. Siempre hemos sabido sobrevivir. 

Miremos al futuro con receloso optimismo, amigos. Porque el futuro nos sonríe veladamente mientras nos enseña su peor cara, sólo para sacar lo mejor de nosotros mismos.

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